Es cierto que, gracias a la evolución de las herramientas y técnicas de ortodoncia, hoy en día la edad no supone ningún problema para acudir a estos tratamientos en nuestra clínica dental en Lorca. Sin embargo, sigue siendo una realidad incuestionable que el mejor momento en el que acudir a la ortodoncia es durante los primeros años de nuestra vida, en la infancia o adolescencia.
Cuando se realiza un tratamiento nada más erupcionar los primeros dientes definitivos, recibe el nombre de ortodoncia interceptiva. Este tipo de ortodoncia busca aprovechar estos momentos de crecimiento del hueso en el que aún es flexible y modificar la estructura maxilar. No es un tratamiento resolutivo, pero sí que aligera y facilita mucho el proceso de una ortodoncia posterior, reduciendo los tiempos y los costes.
¿Cuándo debemos llevar a nuestros hijos al ortodoncista por primera vez?
El momento de comenzar con un tratamiento de ortodoncia es, como hemos dicho, cuando comienzan a aparecer los primeros dientes de nuestra sonrisa definitiva. Suele ser entre los 6 y los 7 años, cuando aparecen los incisivos.
Durante este periodo, y hasta que se ha completado la “muda” de dientes de leche a dientes permanentes, esta es la mejor solución de ortodoncia para limitar el mal crecimiento de la estructura maxilofacial y prevenir los posibles problemas de oclusión y mordida de la dentición futura. Algunos de los casos más frecuentes son el retrognatismo y el prognatismo.
Una vez hayan erupcionado ya todos los dientes definitivos (excepto las muelas del juicio), se podrán comenzar los tratamientos de ortodoncia resolutivos (ya sea mediante brackets o alineadores).
¿Cómo se realiza la ortodoncia interceptiva?
Generalmente se usa un accesorio denominado disyuntor o expansor palatino. Este nombre se debe a que estos accesorios corrigen los casos de paladar hundido u ojival y se identifican por un molde con una especie de arco que se encaja en la boca de los más pequeños.
Otro tipo de ortodoncia interceptiva, menos común, son las máscaras de tracción extraoral. Están pensadas para casos de anomalías en los huesos de la cara que dificultan la mordida, y lo que hacen es estimular el desarrollo del maxilar y la mandíbula. A pesar de verse como muy aparatosos, estas máscaras son completamente indoloras.
¿Crees que tus pequeños necesitan un tratamiento de ortodoncia? Si es así, tráelos a nuestra clínica dental en Lorca y veremos qué podemos hacer para ayudar a su sonrisa.